Aunque la Gran Depresión haya pasado hace casi un siglo, nunca está de más recordar la historia, pues quien no conoce su historia está condenado a repetirla, e incluso en estos tiempos de tan gran incertidumbre y fluctuaciones entender que ha provocado probablemente la mayor depresión de la historia, donde aproximadamente 13 millones de Americanos quedaron desempleados, puede ayudarnos en nuestra carrera como inversores a largo plazo.
Esta depresión reflejó una disrupción en una sociedad donde la intervención estatal era la batuta que guiaba el sendero de la economía, que terminó probando la imposibilidad de las políticas intervencionistas y en concreto la inviabilidad del Keynesianismo en un periodo de tiempo prolongado, el cual influencia el cálculo económico de los individuos manipulando la tasas de preferencia temporal en incentivando el consumismo inmediato y el mindset cortoplacista. Es por esto, que los años posteriores la población se decantó por rechazar políticas de gran gasto y déficit públicos que resultaban en inflación monetaria y expansión crediticia.
En contraposición a la teoría keynesiana, los economistas clásicos pensaban todo lo contrario. Ellos creían que la gran depresión en realidad consistió en 4 depresiones consecutivas que terminaron siendo una.
¿Qué fases tuvo la gran depresión?
La primera fase consistió en un periodo de boom generado por el dinero y el crédito fácil, con la inevitable explosión de las burbujas generadas. El crac de 1929 fue generado por 5 años de expansión crediticia por parte de la FED a niveles nunca vistos. Su origen se encuentra en 1924, cuando tras una fuerte caída en los negocios americanos, el Banco Central decidió que podía crear 500 millones de dólares de la nada sin que pasara nada. Esto acabó generando un expansión crediticia de 4.000 millones de dólares en menos de 1 año (tened en cuenta que son 4 billions de la época). Al crear estos 4.000 millones de dólares, los efectos inmediatos fueron un boom económico nunca visto con consecuencias desastrosas.
Más tarde, en 1927 la reserva federal lanzó un nuevo programa de expansión monetaria que incrementó la oferta monetaria de 44.51 billions en 1924 a 55.17 billions en 1929, generando uno de las mayores subidas de precios de activos en una economía.
Esta gran expansión monetaria y crediticia dio lugar a un descenso en los tipos de interés que precipitó desajustes y malas inversiones que acabarían siendo liquidadas en 1929. El hecho de bajar los tipos de interés hace creer a los empresarios que pueden embarcarse en proyectos a un mayor largo plazo, para los cuales no existe un capital productivo que haya sido generado con previo ahorro, para los cuales utilizan un pasivo de un menor plazo que el proyecto en el que quieren embarcarse dando lugar a un desajuste temporal.
Si nos fijamos en el anterior triángulo (Hayek) podemos ver que para desarrollar un output de consumo necesitamos un tiempo de producción. Para poder dedicarnos a ese tiempo de producción necesitamos financiación, que puede ser capital propio (ahorro) o un pasivo (ahorro). Es decir, en cualquiera de los dos casos es necesario que alguien rechace la opción a consumir y elija ahorrar, seamos nosotros (capital) o un tercero (pasivo).
La Reserva Federal y los tipos de interés
Con lo cual, podemos desarrollar ese tiempo de producción. Sin embargo, si ese “pasivo” no es ahorro previo sino que es dinero creado de la nada, no tendremos recursos reales que puedan permitirnos dedicarnos a ese tiempo de producción, por lo que, tal y como hizo el Banco Central en 1929 (y sigue haciendo a día de hoy) manipulando los tipos de interés y haciendo creer que tenemos un ahorro que realmente no tenemos, está creando desajustes a lo largo de la economía y malas inversiones que terminaran siendo liquidadas porque no existen recursos reales que nos permitan terminar nuestro proyecto de inversión. Y, para “solucionar” esta situación, el Banco Central en 1929 optó por seguir financiando esos descalces de plazos (desajustes) para acrecentar aún mas el problema.
La consiguiente recesión provocada por el Banco Central fue un periodo de reajuste, ya que tienen que ajustarse a las nuevas preferencias de los consumidores. Este reajuste se produjo sobre todo en los tipos de interés que debían adaptarse a la real oferta y demanda de ahorro.
Poco después de un intento de estabilización en 1928, la Reserva Federal finalmente abandonó la política expansiva de “regalar dinero” en el principio de 1929. Incrementaron el tipo de interés al 6% en agosto de 1929, la economía empezó a desacelerar (ajustarse) y los precios de las commodities empezarían a caer de nuevo.
El mercado de valores alcanzó su máximo el 19 de septiembre y después comenzó a caer. 5 semanas después, el público volvió a comprar de nuevo en la caída, donde más de 100 millones de acciones fueron intercambiadas en el NYSE en septiembre. Finalmente, para el 24 de octubre de 1929 comenzarían las avalanchas de ventas de valores y el desplome del mercado.
Después comenzaría el periodo de liquidación y ajuste por toda la economía. Debería haber sido un periodo de liquidación y ajuste normal ya que la estructura financiera tenía una posición medianamente sólida, los costes fijos eran bajos, la mayoría de negocios habían repagado sus deudas con los bancos a través de ampliaciones de capital y en los meses posteriores las ganancias de las empresas mostraron unos earnings más o menos razonables y el paro se encontraba en torno al 8%.
¿Pero entonces? ¿Qué fue lo que desató la gran depresión?
La influencia del intervencionismo se opuso a las vías de reajuste capitalistas, impidiendo que la economía se reajustara fácilmente. En vez de dejar a los propios empresarios ajustar sus negocios a lo que requería la situación, se dedicaron a incrementar el déficit público y a impulsar la economía a través de medidas expansivas. La administración intentó controlar precios y salarios, impidiendo la flexibilidad de la economía que en aquel tiempo era necesaria para el proceso de reajuste. Añadiendo a todo esto una política proteccionista, poniendo una gran cantidad de trabas al comercio exterior, elevando a niveles muy altos las tasas por importaciones, lo que prácticamente provocó una autarquía.
A partir de que el presidente Hoover hiciera efectivas estas medidas, el mercado bursátil correctamente anticipó una recesión. La exportaciones americanas cayeron de 5.5 billions en 1929 a 1.7 billions en 1932 (un 70% aproximadamente), después la agricultura americana colapsó, y la rápida implementación de estas medidas intervencionistas provocó una recesión mundial.
Estas medidas proteccionistas provocaron que miles de granjeros se fueran a la quiebra, con la posterior bancarrota de los millones de bancos que financiaban o tenían deudas provenientes del sector de la agricultura. Después de que colapsara la agricultura americana 2,000 bancos cerraron, cuyos bancos poseían 1.5 billions en depósitos, y fueron suspendidos a lo largo de la segunda mitad de 1931. Estos bancos se vieron obligados a liquidar los activos y pasivos que se encontraban en sus balances, provocando un pánico en el sistema bancario y sus millones de clientes.
Por si no fuera poco, cuando la economía empezaba a entrar en una gran recesión, Europa comenzó a entrar en una situación agravante. Austria y Alemania dejaron de hacer frente a sus deudas inglesas y americanas. En 1931 Inglaterra suspendió los pagos en oro, y la crisis se extendió a Estados Unidos, provocando un colapso en el mercado de bonos que envió a los bancos americanos a su punto más bajo.
Y así el mundo entero entró en una depresión, que se fue agravando con las posteriores medidas intervencionistas.
Revenue Act, aún más impuestos
El año 1931 fue trágico, el paro americano aumentó a 8 millones y siguió subiendo. Posteriormente Hoover intentó intervenir aún más la economía, intentando controlar los salarios e impulsando la expansión en construcción. Hoover incrementó la cantidad de funcionarios, garantizó subsidios e intentó controlar los precios de los productos agrícolas, cuya industria se deprimió aún más. La economía fue a peor, llegando a tener un paro medio en 1932 de 12 millones de personas.
Cuando la economía estadounidense se creía que no podía ir a peor, el gobierno hizo público el Revenue Act en 1932, que duplicó el impuesto sobre la renta, creciendo de un 25% a un 63%, dando lugar al mayor aumento de un impuesto federal de la historia de los Estados Unidos. Además aumentaron muchos más impuestos: el normal tax creció de 1.5% a 5%, el surtax de 20% a 55%, las corporation tax rates de 12% a 14%. Los impuestos estatales también subieron, los impuestos a la donación llegaron a un máximo de un 33%, se impuso un impuesto a la gasolina de un 10%, un 3% para automóviles y muchos más. Con lo cuál, me parece increíble que hoy en día se achaque como origen de la gran depresión el capitalismo, cuando como ven, fue resultado de una mayor intervención que no permitía ajustar la economía.
Aún así, después de las malas políticas de Hoover, llegó Roosevelt a la presidencia, el cual siguió la misma senda del intervencionismo estatal. En sus primeros 100 días, prohibió la posesión de oro, aumentó la oferta monetaria y devaluó el dólar un 40%.
Roosevelt en el poder
Poco después, con un tercio de los trabajadores industriales en paro, decidió subir el salario mínimo para incrementar el poder adquisitivo de su población. Esta medida en vez de aumentar el poder adquisitivo, lo que aumentó fueron los costes de contratación incrementando el número de trabajadores desempleados a 13 millones (y aún así 100 años después parece que no aprendemos).
Posteriormente, el presidente Roosevelt al haber ignorado el problema existente en la industria de la agricultura americana, intentó resolver el problema con el primer Agricultural Adjustment Act, cuyo objetivo era aumentar el ingreso de los granjeros dando subsidios a los granjeros por no plantar, reduciendo sus incentivos a producir. Los gastos de este programa fueron cubiertos con un nuevo impuesto a una industria que se encontraba ya deprimida.
Cuando vieron que la vía de planificación centralizada de la economía era un error, simplemente decidieron aumentar el déficit y volver a las políticas expansivas. En 1934 el presidente Roosevelt prometió 10.000 millones de dólares de gasto, cuando los ingresos eran de 3.000 millones. Con lo que se generaron nuevas dudas sobre el dinero americano y su sistema bancario.
En los dos años posteriores, 1934 y 1935 siguieron aumentando el nivel de impuestos, llegando los impuestos estatales al máximo mundial, siguiendo el mantra de la redistribución de la riqueza.
En los siguientes semestres llegó la sorpresa. La corte suprema anuló por decisión unánime una gran cantidad de regulaciones e impuestos, el NRA en 1935 y el Agriculture Adjustment Act en 1936, ya que se consideraba que el gobierno federal había violado los derechos de sus ciudadanos. Estas dos decisiones eliminaron una gran serie de trabas a la economía, redujeron los costes laborales y aumentaron la productividad del trabajo, permitiendo así al mercado laboral reajustarse. El paro comenzó a descender, en 1935 cayó a 9.5 millones y en 1936 a 7.6 millones desde los 13 millones a los que llegó a estar.
1937, una crisis provocada por el Wagner Act
Cuando la gran depresión parecía acercarse a su final, llegó otro colapso en 1937 que duró hasta el día de Pearl Harbor. La calma que proporcionó la Corte Suprema duraría poco, los dirigentes de Washington necesitaban ganar las reelecciones, y por eso, el 5 de julio de 1935, se publicó el Wagner Act. Esta ley revolucionó el mercado de trabajo americano, sacó las relaciones laborales de los juzgados y pasaron a ser reguladas por una agencia federal, la National Labor Relations Board, el cual abandonó la cualidad legal de la igualdad ante la ley para todos los ciudadanos.
Básicamente, el Wagner Act, provocó que cualquier cosa que un empleador hiciera en defensa propia se convirtiera en una práctica laboral injusta, punible por la agencia. Lo que generó un incrementó histórico de huelgas, boicots, amenazas, destrozos y violencia en general, ya que legalmente no se podía sancionar este tipo de violencia laboral del empleado hacia el empleador.
Pero el Wagner Act no fue la única causa de crisis en 1937. Si el intento de Roosevelt de tomar el control de la Corte Suprema hubiera tenido éxito, habría conseguido subordinar el poder judicial al ejecutivo, eliminando así la separación de poderes. Lo que provocó un desafío en los corredores del congreso que acabó con la primera pérdida de Roosevelt en el salón de congresos.
Además intentó también tomar el control sobre el mercado de valores, prohibiendo el “insider” trading, elevando los costes y barreras de entrada, y prohibiendo la venta en corto para evitar que ocurriera como en el 29. Sin embargo, esto provocó una caída del mercado del 50%.
Pero la depresión no tocó fondo, hubo otros factores que contribuyeron a una nueva era depresiva en la historia de Estados Unidos. La administración aumentó los niveles de distribución de riqueza y siguieron incrementando el nivel del salario mínimo y reduciendo las horas máximas laborales.
Finalmente la Gran Depresión dio pasó al Holocausto, lo que provocó que la economía dejara de ser un problema para la ciudadanía. Y cuando el poder adquisitivo del dólar se redujo por la mitad debido a los altos déficits públicos, la radical inflación redujo los costes laborales reales y generó nuevo empleo en la posguerra.
Conclusión
Por lo tanto, como conclusión de este pequeño artículo, las manipulaciones monetarias pueden provocar los ciclos económicos, pero lo que provoca una depresión estructural es la intervención y mayor planificación central de la economía. Por lo que, mientras invirtamos en un mercado libre, los retornos llegarán a largo plazo, en un mercado intervenido no tiene por qué.
Muchas gracias por tu tiempo. Un saludo.
(Este artículo ha sido escrito por Pedro Gutiérrez, de Gutiérrez Capital. Suscríbete a su substack pinchando aquí).
* Las opiniones vertidas en este artículo son únicamente la visión del mercado del analista. Bajo ningún punto de vista representan ideas de inversión. Recuerde que invertir en el mercado de valores conlleva sus riesgos. Asesórese con un profesional antes de operar en los mercados.