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La inflación se ha ganado la portada de todos los medios en el ultimo año. ¿Pero cómo esto afecta al mercado de acciones?

¿Cómo afecta la inflación al mercado de acciones?

La inflación se ha transformado en el tema central del 2022 tanto en el viejo continente como en Estados Unidos. Esto afecta a todo el entorno económico, incluso al mercado de acciones. Si hablamos de la renta variable podemos aplicar esto en dos vertientes, tanto ante una alta o baja inflación. Pero antes de entrar en ello definiremos concretamente sobre ello.

¿Qué mide esto? 

La inflación mide la pérdida del poder adquisitivo. El dinero cumple tres funciones: unidad de cuenta, instrumento de cambio y reserva de valor. Los mismos se ven seriamente afectados ya sea en un escenario inflacionario o deflacionario.

La inflación tiene su lado negativo y positivo. Negativo para aquellos que tienen ingresos fijos y ven como el dinero que ganan mes a mes pierde poder adquisitivo. Ya sea para el uso diario o próximo como para aquellos que ahorran ese dinero. Positivo cuando unos niveles estables, entre 2 y 3% para una política monetaria eficaz según los expertos, se relacionan con menor desempleo ante la expectativa de que un aumento de los precios estimule las inversiones.

Mayor inflación

No existe una fórmula o método claro para medir sus efectos, pero si entender ciertos matices como la temporalidad y el tipo de valores que tenemos en nuestra cartera.

Largo plazo

Aquí cobra relevancia lo de “comprar y mantener”. Una cartera de inversión en el largo plazo es una cobertura contra la inflación. Ya que el valor monetario de las acciones puede apreciarse a lo largo del tiempo y de los periodos inflacionarios.

Las empresas ante periodos inflacionarios ajustan los precios según los incrementos que se transmiten al consumidor. Una vez todo ajustado, los ingresos vuelven a aumentar y, por ende, reanudarse las tasas de beneficios

Corto plazo

En este sentido el escenario suele ser más complicado ya que la correlación es a la inversa. Si la inflación sube, el valor de las acciones baja y viceversa. El impacto negativo lo podemos reducir en cuatro aspectos:

  • Caída de los ingresos y beneficios
  • Un entorno macroeconómico desfavorable para la bolsa de valores y el consumo en general
  • Tipos de interés más altos en el corto plazo, llevando el dinero de las acciones al mercado de bonos
  • Una perspectiva negativa sobre los rendimientos reducirá la demanda de inversión en la renta variable

Este último punto puede deberse al método que se utiliza para estimar el valor de una acción. Por ello podemos utilizar el descuento de los flujos de efectivo futuros previstos con respecto a su valor actual.

Su fórmula es:

  • VA = E / (1 + i)n

VA = valor actual

E = importe del flujo de efectivo futuro

i = tipo de interés (normalmente denominado «tasa de descuento»)

n = número de veces que el tipo de interés se va componiendo (es decir, un tipo de interés anual se compone cinco veces si el flujo de efectivo se paga a cinco años en el futuro)

El valor actual es igual al flujo de efectivo futuro «E» dividido entre un tipo de interés apropiado, (1 + i)n. El tipo de interés suele denominarse «tasa de descuento».

inflaciónUn flujo de efectivo de 100 euros de aquí a un año, con una tasa de descuento del 5%, equivale a un valor actual de 95,24 euros. Cuanto mayor sea la tasa de descuento, menor será el valor actual. El valor actual de un flujo de efectivo del mismo importe de aquí a cinco años, al 5%, es de en torno a 78,35 euros (cuanto más tarde en el futuro se sitúe el flujo, menor será el valor actual).

Si la tasa de inflación se utiliza como dato para determinar la tasa de descuento, entonces una tasa de inflación más alta provocará una tasa de descuento más elevada.

Por ejemplo, pensemos en una acción que pague dividendos estables a intervalos predecibles y regulares. En este caso, el valor de la acción podría reducirse a la suma de todos los pagos de dividendos futuros, descontados a su valor actual. Este razonamiento conforma la base del modelo de descuento de dividendos (DDM por sus siglas en inglés).

Cuando se utiliza el DDM, la tasa de descuento ajustada a la inflación más elevada disminuye el valor actual de cada dividendo futuro previsto más de lo que lo habría hecho antes de la inflación. Esto, a su vez, reduce el precio actual de la acción.

¿Cuáles son las acciones que se deben tener en cuenta en este entorno?

Para ello debemos tener en cuenta que tipo de acciones tenemos:

  • Valor
  • Crecimiento
  • Ingresos

Las acciones de valor cuentan con un valor intrínseco superior en comparación con su precio de cotización actual. Suelen ser acciones de empresas consolidadas y asentadas, con sólidos flujos de efectivo disponible actuales que pueden disminuir a lo largo del tiempo. Esta suelen ser más importantes que las de crecimiento y podría deberse al efecto de la tasa de descuento compuesta en la fórmula del valor actual antes mencionado.

Las acciones de crecimiento caen cuando la inflación es elevada. Pero aunque no demuestren sólidos flujos de efectivo actuales o reparto de dividendos, si tienen potencial de un mejor rendimiento que el mercado en el largo plazo.

Al ser inversiones a largo plazo podríamos esperar una rentabilidad superior tras haberse consolidado y mostrar resultados superiores a la media de manera constante.

Cuando se descuentan las acciones de crecimiento a un valor actual, el hecho de que los flujos de efectivo previstos estén adelantados implica que la tasa de descuento compuesta tendrá un impacto negativo sobre el precio actual de las acciones.

Las acciones de ingresos pagan dividendos de forma regular y estable no siguen el ritmo de la inflación a corto plazo. Su precio bajará hasta que suban los dividendos y se adapten al actual escenario inflacionario.

Menor inflación

Una menor inflación es positiva para las acciones que reparten dividendos más bajos pero estables, debido a que una tasa modesta conllevará un mayor interés real en el pago.

Si el dividendo es del 5% y la inflación es del 3%, el interés real es del 2%, pero si la inflación es del 1%, el interés real es del 4%.

Las acciones con mayor riesgo también se ven positivamente afectadas en este escenario, ya que podrían experimentar un aumento en la demanda y elevar los precios de las mismas.

También debemos tener en cuenta otros aspectos como:

  • Tipo de interés y ciclo económico
  • Bonos

El primer punto se relaciona con una política inflacionaria que supone un aumento a corto plazo de los tipos de interés o endurecimiento monetario. El coste mayor de los préstamos genera un menor gasto de inversión por empresas u hogares.

La producción económica e inflación se ralentizan.

Además cuando la inflación baja, los tipos de interés también. Lo que genera un incentivo en el gasto de inversión.

Cuando los consumidores y las empresas gastan, el crecimiento económico general debería generar una rentabilidad sólida sobre las acciones, ya sea a través de dividendos o mediante la apreciación del precio de las mismas.

Una inflación baja desincentiva la inversión en bonos, ya que los inversores esperarán a un incremento en el rendimiento al vencimiento. Esto incrementa la deuda de los emisores de bonos, lo que limita el gasto de inversión financiado por la deuda.

Los pagos de cupones son los flujos de efectivo pagados por el emisor del bono al titular del mismo en los plazos estipulados. Dado que los bonos se compran y venden en mercados abiertos, sus precios pueden variar en función de una serie de factores como la oferta y la demanda.

El rendimiento al vencimiento es el tipo de interés que iguala el precio de mercado del bono con el valor actual de sus pagos de cupones futuros. Cuanto más bajo sea el precio del bono, mayor será su rendimiento al vencimiento para un pago de cupón determinado. Un rendimiento elevado al vencimiento representa un coste alto de la deuda para el emisor del bono. Dado que las empresas financian la inversión a través de deuda, un coste elevado de los préstamos reducirá la oferta de bonos nuevos en el mercado.

Cuando la inflación es baja la disminución del riesgo inflacionario, desde el punto de vista de los compradores de bonos, significa que están dispuestos a pagar un precio más elevado para asegurar el flujo de efectivo futuro desde el bono.

Adrián Oscar Vaca Guzmán

Author Adrián Oscar Vaca Guzmán

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