Nearshoring o reshoring es lo opuesto al tradicional offshoring para minimizar los costes. Pero, ¿cómo lo podemos evaluar en este caótico presente?.
Nearshoring y reshoring: combatiendo la pandemia o «makes America great again«
El «made in China» es un clásico en cualquier producto que podréis comprar: ropa, vídeo juegos, móviles, juguetes, etcetera. Muchas empresas optaron por años en trasladar sus centros de producción en Asia donde las políticas laborales y fiscales son más laxas, siendo más barato producir allí que en el propio país.
Un punto de inflexión de esto fue el triunfo electoral de Donald Trump hace 4 años y su frase «make America´s great again». Con esto eslogan, el actual presidente de los EE.UU. fue a por todos, amigos y enemigos. Pero como todos sabréis, más que nada contra China. Fueron años intensos de discusiones y sanciones que parecían encontrar una luz al final del túnel para finales del año pasado hasta que nos encontramos con el coronavirus.
¿Pero es la culpa del país asiático que todo se produzca allí o es la búsqueda de abaratar costos de muchas empresas?. Lo cierto es que China ha sido el país por excelencia para producir millones de unidades por unos pocos euros, por decirlo de alguna forma.
En este nuevo escenario mundial ha puesto en jaque al offshoring, ya que todo lamentablemente se originó en Wuhan. Por ello, las palabras nearshoring o reshoring empiezan a aparecer y pareciera ser el Santo Grial que esperaba Trump desde que asumió su puesto en la Casa Blanca.
Nearshoring es la producción de un producto en la ciudad donde está presente la empresa. Reshoring es traer la producción a lugar donde reside la empresa.
¿Será el Covid-19 la excusa para un cambio productivo a nivel global?. ¿Podrán las empresas asumir estos costes?. Solo el tiempo lo dirá.