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La huída de las empresas ante la Guerra Comercial y otras crisis

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El lunes pasado la compañía americana de motos Harley Davidson anunciaba que mudaría su planta de producción fuera de los EE.UU. para evitar los aranceles europeos ante las medidas tomadas por la Casa Blanca contra sus amigos y enemigos. ¿Esta crisis arancelaria podría propiciar a una huída de las empresas?.

La huída de las empresas ante la Guerra Comercial y otras crisis

Lo cierto es que de traslados tenemos una experiencia muy cercana con Cataluña que tras el referéndum muchas empresas decidieron trasladar su sede fuera de la Comunidad Autonómica para evitar los riesgos que suponía una partida de la zona fuera de España.

Lo mismo se supuso, y se supone, con respecto al Brexit que todavía no termina de resolverse. Las últimas palabras de Christine Lagarde son elocuentes: la Unión Europea debe prepararse para la llegada «masiva» de las empresas financieras que abandonaran el Reino Unido tras su salida del bloque comunitario.

Ninguna crisis es buena y aunque un refrán oriental diga que la crisis es una oportunidad, los efectos inmediatos sobre el mercado no son para nada positivos.

El índice americano que mayor caída ha sufrido hasta ahora ha sido el Dow Jones que ha descendido hasta niveles de diciembre del año pasado.

Retomando lo que indicábamos al principio, las palabras de Trump para Harley Davidson no han sido para nada halagueñas: «Cuando tuve a los funcionarios de Harley-Davidson en la Casa Blanca, los regañé acerca de los aranceles en otros países, como India, que son demasiado altos… Harley debe saber que no podrán volver a vender en Estados Unidos sin pagar un ¡gran impuesto!», declaro el presidente estadounidense vía Twitter.

La semana pasada indicábamos que las visiones de los analistas son dispares, unos creen que esto beneficiaría a EE.UU., mientras que otros indican que podría afectar seriamente al país, sobre todo en las empresas que utilizan o comercian con productos chinos o europeos, centro de la tensión de esta Guerra Comercial.

Los empresarios no son tontos y siempre van a buscar la salida más viable para sus intereses, que no son otros que ganar dinero. Los políticos, al parecer, poco les importan quienes mueven a la economía de un país, es decir sus empresas. Están enfrascados en sus disputas y en, supuestamente en el caso americano, «make America great again». En el caso chino están buscando instalar una nueva ruta de la seda por Medio Oriente, África y Europa, mientras EE.UU. mina la zona con sanciones que no solo perjudican a Pekín, sino están afectando los negocios de sus aliados europeos que se ven obligados a desinvertir en la zona, el caso más emblemático en Irán con la francesa Total que dejaría el negocio en manos de empresas chinas. Sin olvidar la sanciones y fobias sobre Rusia.

La Guerra Comercial podría propiciar a que otras empresas tomen la misma decisión que la compañía de motos generando un tráfico de empresas de un país a otro en búsqueda de huír de las disputas políticas y en pos de sus beneficios. Lo vimos en Cataluña, con el Brexit está latente… ¿cómo acontecerá en EE.UU.? Solo el tiempo lo dirá.

 

Adrián Oscar Vaca Guzmán

Author Adrián Oscar Vaca Guzmán

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