Las velas japonesas son actualmente el estándar de formato que las plataformas de gráficos incluyen por defecto, dejando atrás con diferencia los tradicionales gráficos de líneas. El motivo de este triunfo absoluto es la gran cantidad de información que las velas aportan en una codificación muy compacta. Esta codificación se ha demostrado más sencilla que otras como los desconocidos gráficos de ancla y más visual que otras opciones como los gráficos OHLC (open-high-low-close).
En el siguiente cuadro se pueden ver respectivamente unos patrones de velas japonesas, OHLC y anclas. Para cada par se exponen, con sus niveles clave, primero un ejemplo alcista y luego uno bajista.
A partir de ahora nos centraremos en las velas japonesas, que son, con diferencia, la forma de gráfico más extendida en el mercado. Su origen se remonta a los mercados japoneses de arroz donde se negociaba tanto arroz al contado como contratos de futuros sobre arroz. Su uso para analizar los gráficos de instrumentos financieros permaneció limitado a los países asiáticos hasta que Steven Nison, el considerado padre de las velas en occidente, lo importó y extendió su uso en nuestra cultura.
Las velas tienen dos componentes principales que son el cuerpo real y las sombras o bigotes, tanto superior como inferior. El cuerpo real es la zona coloreada que se contiene entre la apertura y el cierre. La convención es que, si el precio cierra más arriba de lo que abrió, es decir, el precio sube, el cuerpo real se coloreará de blanco o verde. Si por el contrario el precio cae, el cuerpo real de la vela se coloreará de negro o de rojo. No obstante, diferentes plataformas de gráficos pueden usar diferentes combinaciones. Existen también velas en las que el precio de apertura casi coincide con el de cierre y por tanto apenas hay cuerpo real o este es una línea horizontal. Estas velas se denominan dojis y son bastante relevantes en ciertos mercados porque suelen mostrar indecisión en el precio y, por tanto, probabilidad de movimientos de vuelta.
Por su parte, las sombras nos muestran los movimientos extremos del precio. La sombra superior de una vela alcista por ejemplo nos muestra la diferencia entre el máximo precio alcanzado y el precio de cierre. La sombra inferior de una vela alcista nos muestra la diferencia entre el mínimo alcanzado y el precio de apertura.
La ventaja de las velas es que se pueden usar para representar cualquier periodo temporal. Lo frecuente es hacer que cada vela represente un día o una hora, pero se pueden aplicar a cualquier fracción temporal imaginable sin mayor dificultad, basta con conocer para ese periodo los valores de apertura, cierre, máximo y mínimo. Además, la ventaja que ofrecen estos gráficos es que permiten comprender de un vistazo una gran parte del comportamiento del precio en ese periodo. Veamos por ejemplo las siguientes velas:
La primera se denomina martillo y es probablemente el patrón de vela más conocido. Lo que nos cuenta sobre el mercado es que tras la apertura los bajistas consiguieron llevarse el precio muy abajo, pero que finalmente los alcistas consiguieron imponerse, recuperando todo el terreno perdido y además consiguiendo cerrar con subidas, muy cerca del máximo. Esta vela tiene una interpretación alcista al final de una tendencia bajista, marcando un mínimo que probablemente vendrá seguido de un rebote. De ahí viene su nombre de martillo, además de por su forma característica, ya que a pesar de que los bajistas están “martilleando” a la baja, hay tanta fuerza en la parte alcista que el nivel resiste. El patrón es aún más fuerte si viene acompañado de alguna de las indicaciones ordinarias de que en ese nivel existe un soporte para el precio.
El segundo patrón es la estrella fugaz y su interpretación es justamente la contraria a la del martillo. Los alcistas marcan máximos tras la apertura, pero los bajistas recuperan el control y consiguen que la vela cierre por debajo de la apertura y cerca del mínimo. En la parte alta de un movimiento alcista es una figura de vuelta que indica futuras bajadas. Igualmente se debe ver corroborada por más indicativos de posible vuelta en el precio.
Estos patrones son muy básicos, y por tanto hay que tener en cuenta lo que sus usuarios originales en Japón tenían muy claro. Las velas nos permiten seguir el rastro de la batalla permanente que se produce en el mercado entre alcistas y bajistas y ver en cada momento quién está más fuerte y quién registra más bajas. Por eso, el arte de entender el precio a través de las velas va mucho más allá de identificar patrones de forma mecánica. Más bien consiste en una labor de, a través de horas y horas de práctica en los mercados, saber tomar el pulso al mercado siguiendo las señales y entender bien cómo cambia el reparto de poder a fin de decidir de qué lado posicionarse.