Los stop loss son una de las herramientas más importantes del trader. A medio camino entre el sistema de trading en sí y la gestión monetaria, para mí cobran toda su relevancia en este último pilar, ya que son el mejor aliado para la conservación del capital. Un sistema sólo puede ser ganador en términos de probabilidades, nunca se puede acertar siempre o decidir cuándo se acierta y cuándo no. Por ello, sólo si manejamos los stop loss de forma que nos permitan permanecer en el mercado en el largo plazo podremos beneficiarnos de las ventajas de nuestro sistema de trading.
Los stop loss los podemos encontrar de varias clases.
En primer lugar, podemos encontrar los stop loss fijos a un número determinado de puntos básicos o unidades monetarias. Por ejemplo, los stop loss fijos a 50 céntimos del punto de entrada para el trader que opera en acciones. La ventaja de este sistema es que la pérdida está siempre limitada a una cantidad fija (salvo problemas de slippage o gaps, claro). La desventaja es que esta distancia puede no tener sentido para el precio. Si por ejemplo el soporte más cercano está a 60 céntimos, es posible que el precio rebote en nuestro stop y, después de rebotar en el soporte, siga su camino hacia arriba. Por ello, si se quiere operar con este stop fijo, habrá que incluir un filtro que nos diga si esa operación con ese stop tiene sentido o no, y en caso de que no lo tenga renunciar a ella.
Una variante muy similar a esta es el stop loss fijo a una determinada distancia porcentual, por ejemplo, un 5% sobre el precio de entrada. Este método resuelve sólo un problema del método anterior. Este problema es que, si operamos en una acción con un precio elevado, como las que se ven con gran frecuencia en mercados americanos, puede que 50 céntimos sea una cantidad ridícula, y un porcentaje sobre el precio se adaptará mejor a la operativa. Por lo demás este sistema presenta los mismos inconvenientes que el anterior.
Un tercer tipo de stop loss consiste en tomar como referencia figuras básicas del chartismo; generalmente canales, soportes o resistencias; e incluso algunas básicas del análisis técnico como medias móviles. La gran ventaja de este tipo de stop es que está perfectamente integrado en la operativa, ya que responderá a criterios avalados por el análisis técnico. Además, permite cruzar referencias para asegurar más aún el stop. En numerosas ocasiones la media móvil de 200 periodos coincide con un nivel de soporte en un momento dado. Un stop loss colocado debajo de ese nivel será mucho más efectivo. La desventaja es que este tipo de stops responde a la dinámica del precio, y puede que no coincida con los criterios de gestión del riesgo del trader. Por ello, antes de entrar en la operación habrá que analizar si el riesgo introducido por la distancia al stop se soporta por la estrategia de gestión monetaria y si la ratio riesgo/recompensa es suficiente.
Finalmente, el último tipo de stop responde a criterios puramente de análisis técnico. Por ejemplo, que el RSI supere un determinado nivel, que el histograma del MACD suba o baje respecto del nivel cero, etc. La gran ventaja de este tipo de stop es que es totalmente flexible y puede ser elaborado a medida por el trader según lo que le funcione. La gran desventaja es que, salvo que se trabaje desde una plataforma programable que revise constantemente el criterio y lance la operación de stop de forma autónoma cuando este se cumpla, requiere una gran disciplina y una vigilancia casi permanente del mercado.