La Guerra Comercial impulsada por los Estados Unidos parece que va encontrado un rumbo, pero ahora va en contra de Europa. ¿Una lucha contra el libre mercado?.
La Guerra Comercial va en contra del libre mercado
La Guerra Comercial sigue dando que hablar, aunque con China parece haber encontrado un rumbo. No obstante, ahora va contra los mercados europeos en búsqueda de aliviar su déficit comercial.
Pero este conflicto va mucha más allá de si China se aprovecha de los Estados Unidos o del slogan de campaña de Donald Trump «Make America greats again».
Se entiende como libre mercado al sistema entre que los compradores y vendedores acuerdan el intercambio de bienes y servicios en base a la ley de la oferta y demanda con total libertad entre ambas partes. Donde no haya fraude ni coerción, y todo es de manera voluntaria.
En este conflicto iniciado por el gobierno de los Estados Unidos se está dejando de lado este esquema y se presiona a la contra parte a fuerza de medidas arancelarias que buscan presionar para que hagan lo que ellos quieren y no lo que se supone que es el libre mercado.
Imaginaos que vais a comprar a un supermercado, al otro día vais a otro. Cuando volvéis al primero no os dejan entrar salvo que paguéis para entrar porque ellos se enteraron que fueron el día anterior a la competencia. ¿Ridículo no?.
Pues esto es más o menos parecido, la Casa Blanca aumenta los aranceles a los bienes provenientes de China porque lo que va de su país a oriente es inferior a lo que entra.
Convengamos que cada país produce determinados bienes, no todos los países producen lo mismo. Por ej. en España el petróleo es importado del exterior porque no se produce aquí, entonces tenéis una serie de proveedores que os ofrecen. Unos más baratos y otros más caros. Cuestión que por las sanciones, otras de las medidas estrellas del gobierno de Trump, vetan la posibilidad de adquirir petróleo de determinados países que puede que sea más barato comprarlo y que la cercanía sea más conveniente.
Aranceles y sanciones, todo esto van en contra del libre mercado del cual muchos economistas y políticos se jactan pero que desde el otro lado del charco infringen una y otra vez sin inmutarse.